Flores de Bach: CERATO, GÉMINIS Y LA SABIDURÍA
Por Claudia Belou
Cuando hablamos del Tibet, enseguida nuestra mente se traslada a un lugar misterioso, donde es habitual que los monjes pasen largas temporadas de reclusión meditando, escuchando las voces de su Ser Superior. Es precisamente de este lugar de donde proviene Cerato (Ceratostigma willmottiana), una de las pocas flores del sistema Bach que no es de orígen europeo.
Edward Bach vio su bello color azul intenso en un jardín, mientras realizaba una de sus largas caminatas y tanto llamó su atención que se atrevió a pedir algunas flores. En un principio pensó que luego la reemplazaría por una flor del lugar, pero no le fue posible encontrar alguna con las mismas características, por lo cual la adoptó en forma permanente. Su color azul incita a la calma, a la reflexión, a la conexión con las profundidades del ser, con el alma, de donde obtenemos la verdad.
Cerato es, como Gentian, una de las Flores integrantes del grupo para quienes sienten dudas o incertidumbre. Como integrante de los doce curadores, se relaciona con el signo de GÉMINIS. Este signo de aire está regido por Mercurio, el rey de la comunicación, de la información, del saber, de la inteligencia, del movimiento y de la velocidad mental. La curiosidad innata de Géminis y de Mercurio por informarse y transmitir sus conocimientos, hacen comprensible la relación establecida con Cerato. El geminiano posee al igual que el tipo Cerato, una gran elocuencia y por eso se comunica con facilidad. Su curiosidad incesante y su deseo de aprehender la mayor cantidad de conocimientos posibles, lo hace por momentos, imitar a la última persona con la que ha estado, si posee alguna característica que considere digna de admiración y es por esta misma razón que Géminis puede ser comparado con el Mono en la astrología China. Representado por los gemelos, (lo cual habla de un signo dual), el nativo de Géminis como el tipo Cerato negativo, habitualmente dudan de las decisiones tomadas y necesitan la corroboración del entorno.
Bach integró esta flor a su sistema para las personas que desconfían de su propia intuición y recurren permanentemente a otras personas en busca de consejo, no siendo capaces luego de discernir cuál de ellos son buenos y cuáles no. El tipo Cerato negativo, se siente inseguro de sus propias capacidades o decisiones pues permite que su parte racional gobierne sus respuestas, ha olvidado su conexión con su Alma, niega su sabiduría interior.
Posee una gran capacidad mental, de modo que es capaz de hacer más de una cosa a la vez, pero le cuesta mucho profundizar en algún tema y se queda en la superficie. En su búsqueda de la verdad, es probable que el tipo Cerato negativo, empiece infinidad de cursos o actividades educativas, sin terminar ninguna de ellas, salvo rara ocasión. Se los llama "consumidores de cursos", pues no son capaces de capitalizar la información que reciben y siempre se sienten empujados a buscar algo, aunque no saben muy bien qué.
La inseguridad ante la transición del mundo consciente material a aquel de las intuiciones interiores, nos recuerda al lejano planeta Saturno, el último de los visibles del sistema solar. Más allá de su esfera, todo es el misterio intangible del espacio que muchas veces se relaciona con el fin, lo desconocido. También nuestro propio mundo espiritual es desconocido para cada uno de nosotros, y la falta de autoconfianza en nuestra sabiduría interior, va de la mano con la inseguridad que nos provoca creer en algo que no podemos entender ni tocar. Algo que escapa de nuestra captación racional no nos resulta confiable. Y sin embargo, la verdadera información está allí, y no en nuestra mente, como se puede creer. Cerato nos conecta con esta fuente ilimitada de saber que llevamos dentro, permitiéndonos afirmarnos en nuestra capacidad de saber y ayudándonos a tomar decisiones acertadas, a proceder con dignidad a lo largo de nuestra vida. Al no buscar apoyo permanente en la opinión de los demás, nos permite tomar consciencia de la gran intuición que poseemos. En efecto, el hecho de escuchar sólo las voces del mundo que nos rodea, impide o frena la propia evolución.
Las personas Cerato son "insensatas".
Deberían ser maestros y educadores sabios, pero dan demasiada importancia a la opinión de los demás y se dejan influir excesivamente por las circunstancias externas.
Dr. Edward Bach